
En los bosques de Los Ríos, Mantis conoce a una larva de Típula Pintada que busca comida para crecer. La ayuda y aprende que las larvas deben valerse por sí mismas.
En el desierto de Antofagasta, Mantis conoce a la Langosta de la Chimba, especie dotada de unas fuertes patas traseras que la hacen experta en saltos. Juntas esquivan peligros.
Mantis y Manti-Bot conocen a la Tijereta, que está preocupada porque los humanos la culpan de dañar cultivos. En realidad, la culpable es la Tijereta europea.
En el altiplano de Arica y Parinacota, Mantis conoce a Chinita, un insecto adaptado al frío y la altura. Chinita la ayuda a recuperarse de los efectos de la altura. Juntas viajan al nacimiento de nuevas chinitas.
En los bosques de Los Lagos, Mantis conoce al Ciervo Volante, un insecto de grandes mandíbulas. Mientras beben savia, aparece un jabalí y Mantis usa su rayo reductor para neutralizarlo.
En Ñuble, Mantis conoce a Lady Tábano, que quiere picarla. Mantis le sugiere buscar primero personas y luego animales. Saciada, Lady Tábano alimenta sus huevos.
En las aguas de Coquimbo, Mantis conoce al Chinche de Agua, un macho que lleva larvas en su tórax. Se asombra al ver que, pese al agua y sus movimientos, no se caen.
En la Pampa del Tamarugal, Mantis y Manti-Bot conocen una abeja que vive en los tamarugos, árboles que crecen en el desierto. Mantis la ayuda a enfrentarse al Corredor de Pica, su principal depredador.
En los campos de hielo de Aysén, Mantis cae en una cueva donde vive el Dragón de la Patagonia, un insecto adaptado al frío. Con él aprende sobre el cambio climático y la vida en el hielo.
En la Región Metropolitana, Mantis y Manti-Bot conocen a la Mariposa del Chagual, que vuela de día pese a ser nocturna. Mantis la ayuda a mudarse a otro chagual para descansar mejor.
Mantis llega a La Araucanía y conoce al Abejorro Colorado, el más grande de Chile. Lo ayuda a recolectar néctar hasta que unos abejorros negros, una especie introducida, los interrumpen. Mantis logra alejarlos.
Mantis y Manti-Bot caen en una bola de estiércol. Unos Toritos de Magallanes los confunden con su especie y los arrastran a su cueva. Al final, Mantis los convence de que es otra especie, pero antes prueba excrementos de la pampa, su alimento.
Mantis y Manti-Bot ayudan a matapiojos gigantes de O’Higgins a encontrar un lugar para sus huevos, pero la actividad humana ha destruido varios. Manti-Bot encuentra un sitio ideal, pero está lejos, así que todos vuelan rápidamente hacia él.
Mantis es atrapada por dos hormigones negros, una especie muy belicosa. Al verla como una divinidad la liberan y le piden que escoja el líder entre los dos. Ella dice que es mejor que colaboren entre sí.
Mantis conoce a un insecto llamado peorro que está triste porque no puede despedir su asqueroso olor. Con su ayuda, recupera su aroma y vuelve a ser feliz espantando a todos.
Serie de 16 capítulos, donde conocemos a Mantis del espacio, un singular y simpático extraterrestre que tiene una importante misión, conocer insectos del planeta Tierra. Así es como llega a Chile, donde conocerá insectos de cada una de las regiones en compañía de Manti-bot, una inteligencia artificial y que juntas viven divertidas aventuras y haciéndose de grandes amigos, y también muy pequeños.
Oscar tiene 11 años y vive en la montaña del Oso. Mientras ayuda a su familia con los cuidados de más de 200 animales que viven en su finca, Garfield, su gato, corre y juega con ellos. Ambos han aprendido mucho del otro, Garfield ha recuperado su confianza en los humanos y se ha ganado un lugar en el corazón de Oscar, quien lo considera como su hermano.
Martina tiene 10 años y vive cerca del pueblo de la Calera. Creció junto a Orión jugando en las montañas. Martina se divertía hurgando en sus dientes cochinos y Orión cabalgando con ella sobre su lomo. Compartieron muchos años de alegrías, hasta que un día Orión se cansó de tanto jugar. Ahora vive en el corazón de Martina y tiene un perrito de cerámica propio.
Florencia tiene 13 años y vive en Cajicá. Hace algunos años, cuando almorzaba en un restaurante de Turmequé, sintió algo junto a sus pies, y cuando volteó a mirar descubrió a un hermoso cachorro de ojos negros que la cautivó. Florencia sintió que se habían “encontrado”, así que decidió adoptarlo y desde entonces Facu, como le gusta llamarlo, se convirtió en parte de su familia.
Emilia vive en la ciudad de Mendoza, Argentina. Un día ella y su familia descubren a través de las cámaras de seguridad, que alguien había abandonado a un gato negro justo en frente de su casa. El gato muy pronto se convirtió en un miembro más de la familia, al que decidieron llamar Puzzolone.